QUÉ DEBEMOS HACER SI QUEREMOS QUE GANE EL PROGRESO ESTE 14-A?? La respuesta es SUMAR, ANIMAR, CONVENCER, ALENTAR, a todo aquel que esté inscrito en el Registro Electoral para que participe y dé su voto de confianza a favor de la Solución y del Progreso para sí mismo y para toda Venezuela. Recordemos que el pasado 7-O hubo 3.678.682 venezolanos que decidieron no salir a votar. Si tan sólo este 14-A sale la mitad de esa abstención y vota a favor de la "SOLUCIÓN y EL PROGRESO PARA EL PAÍS", obtendremos aprox 8.520.948 votos, y ya con eso superamos a los votos que apoyaron a la revolución el pasado 7-O. Todo esto sin contar a aquellos que transcurridos 8 meses y tras la muerte de HRCF, ya no desean apoyar la revolución por no estar de acuerdo con el mentiroso que actualmente la dirije y por sus actuaciones y decisiones adoptadas desde que está al frente del proceso (2 devaluaciones y más odio y división en el País). Así que salgamos todos con el mayor de los ánimos, con la mayor Fe que mueve montañas puesta en Dios y la Virgen, con el mayor Optimismo y Positivismo, y por sobre todo con la MAYOR ESPERANZA y AMOR por Venezuela y por nosotros mismos para que el día 15 de Abril tengamos el mejor despertar y respiremos un nuevo aire lleno de PROGRESO, FUTURO, RECONCILIACIÓN, UNIÓN, HERMANDAD, PAZ, NUEVAS OPORTUNIDADES, AVANCE, BIENESTAR, PROSPERIDAD, SEGURIDAD, JUSTICIA, IGUALDAD, RIQUEZA, ÉXITO y MIL COSAS BUENAS MÁS!! Amén!!
Por Carlos Julio Peñaloza
Sumario…
El autor, ingeniero de comunicaciones, fundador del Departamento de Informatica del Ejercito y ex Jefe del Cufan, que como Comandante General del Ejército introdujo la guerra electrónica, sostiene que los electores venezolanos han sido sistemáticamente engañados con la versión de que la votación electrónica imposibilita el fraude. Muy al contrario, las máquinas de votación lo facilitan y en Venezuela hay acumulación de indicios según los cuales existiría aquí una estructura que causalmente es la que se monta cuando un fraude se quiere ejecutar. Ignorarlo es ir directo al matadero.
La vulnerabilidad de la votación con máquinas electrónicas es tan alta que requiere una severa inspección por parte de los candidatos, especialmente de la Oposición. En Venezuela, lejos de permitirse inspecciones, se llega normalmente a prohibir el acceso de representantes de la Oposición a los momentos culminantes del escrutinio.
A estas alturas, para todo el mundo debería estar claro que la transparencia del voto electrónico es un espejismo.
No en vano un experto como Bill Gates, el fundador de Microsoft, dijo que para lo último que se debe utilizar informática es para unas elecciones. El problema venezolano es que ya la usamos y tenemos que vivir con ella.
Al Comando Venezuela (Capriles) corresponde exigir que se establezca un sistema de inspecciones que dificulte el fraude en las elecciones del 7 de octubre. Actualmente las condiciones son las más favorables para que ese fraude se cometa, y las características del régimen permiten suponer que no tendrá escrúpulos en perpetrarlo.
El gobierno nos obliga a usar maquinas
La idea de utilizar maquinas de votación para automatizar el voto en Venezuela data de las elecciones de 1998. Las máquinas fueron usadas en calidad de prueba. Ya en el poder, el presidente Chávez ordenó al CNE adquirir un nuevo sistema de votación electrónica que incluye una herramienta biométrica de autenticación del votante denominada SAI, conocida como capta huellas. El SAI permite certificar la identidad del elector frente a la máquina de votación. Al mismo tiempo, Chávez dictó leyes que nos obligan a utilizar esas máquinas.
Así que los venezolanos estamos obligados por la ley a votar usando las vulnerables máquinas de Smartmatic, las cuales ofrecen amplias posibilidades para el fraude. Estas posibilidades se pueden minimizar mediante inspecciones y cambios en el sistema. Si la Oposición hace estos requerimientos y el Gobierno los ignora, Chávez estará demostrando que abriga una intención fraudulenta.
Las elecciones, computarizadas o no, tienden a ser opacas, especialmente en casos de gobiernos autoritarios que intentan perpetuarse. El dictador Marcos Pérez Jiménez ejecutó en 1952 un burdo fraude que fue aceptado por una sociedad que no estaba organizada para defender sus derechos. En las siguientes elecciones, 1957, inventó un plebiscito que también ganó con trampa. Sólo que para entonces ya había una resistencia cívico militar andando. La reacción fue contundente. El 23 de enero de 1958, el dictador huyó.
Es evidente que Chávez se quiere perpetuar y que no vacilará en permitir que los cubanos y sus agentes criollos hagan cualquier patraña para quedarse en el poder. La diferencia con las últimas “elecciones” de Pérez Jiménez (1957), es que ahora usamos unas máquinas de votación que nos han presentado como garantía de un voto inmaculado. Pero es sabido por los expertos que las máquinas de votación por si solas no garantizan pulcritud alguna. Son las inspecciones y auditorias las que permiten descorrer algo el velo que las cubre.
Un sistema vulnerable
La tarea de las máquinas es agilizar el conteo de los votos permitiendo conocer los resultados rápidamente. Pero no hay garantía de que ese conteo no sea alterado. El sistema en sí no es tramposo pero quienes lo diseñan y operan sí pueden serlo. Tras esa fachada de modernización y pureza se esconde una realidad escalofriante. La informática es un mecanismo ideal para cometer un fraude electoral sin dejar rastros. De tomarse medidas adecuadas el fraude electronico no tiene que ser necesariamente un crimen perfecto.
Para disminuir la amplia posibilidad de fraude que ofrece la electrónica, una de las condiciones es la inspección externa. Severos controles son necesarios para compensar la natural proclividad de cualquier sistema de voto electrónico, en todos los cuales las vagabunderías son muy difíciles de detectar. El caso venezolano se complica por la presencia, que no puede ser bienintencionada, de expertos cubanos en la operación de estos sistemas.
Todo sistema electrónico electoral requiere continuas auditorías para siquiera minimizar el fraude que es latente. Y los métodos anteriormente usados no siempre sirven. Los ladrones de votos virtuales continuamente desarrollan nuevas formas de trampa. En esta area gracias al dinero en manos del gobierno es posible contratar los mejores cerebros y la creatividad es enorme.
En una votación automatizada los electores ingresan sus votos, el sistema los procesa y los totaliza haciendo una sumatoria electrónica que produce un resultado final. En democracias desarrolladas, este resultado debe ser aprobado por una auditoria pública hecha de manera continua antes, durante y después del voto. Solo luego de haberse resuelto los reclamos surgidos de esta auditoría se puede proceder a aceptar el resultado final producido por las máquinas. Si el sistema está bien diseñado y es manejado sin sesgo por personas rectas y honestas, los resultados deben ser limpios. Este no es el caso de Venezuela. Entre nosotros el sesgo en el CNE es tal que incluso ese organismo supuestamente imparcial se ha negado en el pasado a dar información sobre resultados o a permitir auditorias que pudieran revelar la existencia de fraude. Estas negativas son violaciones a los DDHH, procesables ante la Corte Internacional de Derechos Humanos en Costa Rica.
La auditoría del sistema computarizado y su red de comunicaciones es una función que debe ser ejecutada por personas independientes de la operación, pero en presencia de las partes interesadas. Esta es la única garantía para dar fe de la honestidad del proceso. En el caso de Venezuela esta auditoría debe ser ejecutada por un grupo de técnicos y especialistas donde haya por lo menos un 50% de opositores al Gobierno, todos escogidos por el Comando Venezuela. Los auditores deben tener carta blanca para inspeccionar los procedimientos, locales, máquinas y equipos de transmisión, redes electrónicas, salas de totalización, etc. Los funcionarios del CNE no podrán negarse a ninguna solicitud de los auditores de la Oposición. Sería ideal que observadores extranjeros pudieran conocer los reclamos. Si una auditoria con estas características no se autoriza, el Gobierno estaría admitiendo publicamente el propósito de cometer fraude.
El caso de Venezuela se complica porque es conocida la existencia de salas de totalización secretas que no son controladas por el CNE. Estos centros de totalización reciben a través de CANTV los datos de las mesas electorales y los procesan en forma clandestina. Dado el secretismo de esta operación encubierta es de suponer que su objetivo no es ortodoxo. Las autoridades electorales hasta ahora no han actuado contra esos centros ilegales pese a que la “notitia criminis” de su operación se ha planteado a través de los medios de comunicación social. Significativamente, la Fiscal General no ha actuado de oficio, la Asamblea Nacional ha ignorado las denuncias y el Tribunal Supremo de Justicia ha adoptado la actitud de los tres monos sabios. Todos estan a la espera de instrucciones de arriba.
En este momento, pocas personas fuera del CNE conocen exactamente el funcionamiento de cada componente del sistema electoral automatizado. Aparte de un grupo minúsculo de expertos y jefes escogidos cuidadosamente por el Gobierno, más nadie sabe con certeza cómo se manejaron y cómo se manejarán los votos. El Comando Venezuela cuenta con un grupo de tecnicos que han sido convencidos que es mejor callar y no denunciar el fraude para no desmoralizar a los votantes. Esta posicion entreguista es equivocada. Si no exigimos con caracter una auditoría completa del sistema informatico el gobierno simplemente nos ignorará olimpicamente mientras se rien de nuestra gafedad. Esa ha sido siempre la politica de Chávez y seguramente la piensa usar de nuevo. Esta vez sera diferente. Debemos simultaneamente denunciar y confrontar las trampas electorales y a la vez llamar a votar. El voto masivo es el principal antidoto contra el fraude. En la totalizacion el paquete chileno no lo meten utilizando los votos de los autosentes en las mesas no auditadas.
El fraude posible
En Venezuela se rumora la existencia de centros de totalización secretos dirigidos por cubanos. En niveles bien informados se comenta que a través de la Universidad Bolivariana el conteo de los votos en tiempo real es recibido en las salas situacionales de Miraflores y en el bunker de Fuerte Tiuna. Para despejar estas peligrosas dudas, en las cuales puede basarse la que sería una incómoda impugnación de los resultados el 7 de octubre, es indispensable la inspección física del local de la Universidad Bolivariana y el establecimiento de tres llaves o claves criptográficas secretas aleatorias que deben ser asignadas así: una al CNE, otra al Comando Carabobo (Chávez) y la tercera al Comando Venezuela (Capriles). La asignación de estas llaves es crucial para evitar el fraude. Por ello deben extremarse las medidas para impedir que el gobierno conozca o descubra la llave asignada a oposicion. Solo con el uso simultáneo de estas tres “llaves” en la sala de totalización de la Torre Teleport (centro de computación del CNE) será posible decodificar la señal enviada desde los centros electorales. Esto impediría que a esta información secreta tengan acceso los comentados centros de totalización ilegales en particular el de La Habana. Esto dejaría a los cubanos fuera de juego pese al cable que sirve de cordon umbilical entre Chavez y Fidel.
El CNE debe prohibir publicamente a la CANTV trasmitir información de las mesas a centros no autorizados, y asegurarse de que esta prohibición se cumpla. En este aseguramiento debe participar la oposición. El monopolio de la CANTV permite cualquier tipo de bribonerías. Para el dia de las elecciones debe ordenarse el retiro de los cubanos, chinos, bielorusos, sirios y otros técnicos extranjeros que operan el sistema de votación incluyendo el hardware y software. Para todos los efectos el único centro autorizado es el del CNE en la Torre Teleport. La necesidad de un centro alterno en caso de fallas no se discute, pero no tiene que ser secreto ni estar controlado por el Gobierno, sino por el CNE con vigilancia estricta de la Oposición. En cuanto al centro en La Habana, alimentado a través del cable submarino, sería un caso flagrante de traición a la patria. El dia de las elecciones deberia ser desconectado como una garantia más de transparencia.
Aparte del fraude premeditado, los operadores, por error humano, pueden introducir inadvertidamente datos errados o incluso escribir programas de computación equivocados. Esto debe ser considerado y analizado por técnicos del Comando Venezuela. Queda garantizar que ningún componente del sistema pueda ser modificado después de la auditoría, pues esto permitiría borrar pruebas de un fraude.
También debemos estar conscientes de que aunque se han tomado medidas serias para garantizar la seguridad del secreto del voto esa área todavia no es totalmente invulnerable dadas las caracteristicas bidireccionales de las maquinas de Smarmatic. En esta área se pueden poner mas controles para evitar que esa informacion se filtre. La inmoral lista de Tascon se ha convertido en la temida estrella de David que los nazis tropicales quieren poner sobre la frente de los que no aceptan su poder omnímodo. Esta grave deficiencia unida a las dudas sobre la integridad del REP, la existencia de métodos para facilitar a priori el borrado de la tinta indeleble y el uso de máquinas con tecnología térmica para imprimir el voto, cuyos comprobantes de votación se borran a las pocas horas, da idea de cuan amplia es la posibilidad de fraude. Pero en este artículo el tema es el fraude en la totalización de los votos.
La totalización -conteo definitivo de los votos-, es el acto final, realizado por expertos en programación y análisis de sistemas. Lo legal es que lo realice el CNE y lógico sería que lo hiciera con vigilancia estricta de los interesados. Pero se comenta la existencia ilegal de “data centers” conectados con sistemas de comunicaciones encriptados, equipados con tecnología de punta, capaces de recibir y analizar los resultados de las mesas de votación antes de que lleguen al centro oficial del CNE en la Torre Teleport. Este enrutamiento ilegal de las comunicaciones es posible gracias al control del Gobierno sobre la CANTV. Se puede crear la ilusión de que todo el proceso se realiza en la Torre Teleport cuando en realidad fue truncado antes de llegar a ese destino. Se ha dicho que esto no es posible porque el Comando Venezuela tiene absoluto control sobre el proceso. Falso. No hay tal control. La Oposición no tiene acceso al centro de totalización de Torre Teleport y menos a los centros secretos. Tampoco tiene una clave que impida al CNE y al Comando Carabobo (Chávez) decodificar los datos que vienen de las mesas electorales. Esa operación está en manos de cubanos ubicados en las salas de totalización secretas. Es una situación ilegal grave que se debe despejar para que no haya dudas sobre los resultados el 7 de octubre.
Esta totalización nacional de los votos empieza en cuanto las mesas electorales inician la transmisión de sus resultados al CNE. La gente supone que esta información sólo puede ir a la Torre Teleport, pero la CANTV puede enrutarla sin problemas primero a la Universidad Bolivariana. De allí esta información pudiera ser enviada antes al centro de totalización de La Habana. Este centro hace la primera y verdadera totalizacion produciendo resultados actuales. Simultáneamente va enviando en forma continua información, en tiempo real a medida que van entrando las cifras contabilizados por cada una de las máquinas a las salas situacionales de Miraflores y del bunker del Fuerte Tiuna. Estos centros muestran la información inmediatamanete tal como la vemos en la televisión de los países avanzados que inmediatamente es transmitida al pueblo. En Venezuela y Cuba los únicos que pueden ver esos resultados auténticos son el candidato Chávez, los hermanos Castro y sus espalderos más cercanos.
Allí el proceso se retiene por varias horas, tanto tiempo para imponer soluciones políticas ante unos resultados desfavorables. Las demoras del CNE en dar los resultados cuando se supone que las máquinas son precisamente para permitir su inmediatez, alimentan razonables sospechas a este respecto. Decisiones finales pueden tomarse en un diálogo super-secreto codificado a través del cable submarino a La Habana.
Máquinas bidireccionales
Las máquinas de votación son computadores personales controlados a remoto por una estación maestra. Expertos calificados conocedores del sistema afirman que esta posición de comando estaba antes en la Universidad Bolivariana en manos de un alto oficial del G2 cubano. En el futuro y gracias al cable submarino, esta posición clave pudiera estar en La Habana –no hay obstáculo para ello. Estas actividades no tienen que ser conocidas por las autoridades del CNE. Por ello los rectores del organismo electoral han sostenido que durante el proceso de votación las máquinas de Smartmatic no están conectadas a los terminales de transmisión de datos. Esto es cierto, pero lo que no dicen o no saben es que esos equipos tienen un sistema inalámbrico que permite controlarlos a distancia sin necesidad de un cable.
La supuesta unidireccionalidad de las maquinas Smartmatic es otra fábula. Cada uno de estos computadores funciona con el protocolo de comunicaciones remoto virtual (VPN), y por lo tanto las máquinas son bidireccionales. Negarlo significa una falta de conocimiento de comunicaciones y/o una estúpida intención de ocultamiento. A estos equipos se puede acceder por medio de los VPN y por lo tanto están habilitados para recibir y cumplir instrucciones remotas desde una posición central.
Este tipo de red de computadores utiliza un protocolo de comunicaciones denominado “master-slave”, en el cual un equipo central maestro denominado “master” controla varios equipos periféricos llamados “slaves” (esclavos) mediante un navegador de Internet. Este hecho ha permanecido oculto porque el contrato de compra a Smarmatic que contiene las especificaciones de los equipos se ha mantenido igualmente en secreto. Este ocultamiento ha permitido creer que las maquinas son unidireccionales y que por lo tanto no pueden ser controladas desde alguno de los centros de totalización o de alguna sala situacional. Para las elecciones del 7-O esta previsto seguramente que la estacion maestra (master) este en una sala situacional en La Habana. La Oposición no debe seguir tragandose este engaño mientras el gobierno no permite revisar por dentro su caja negra electora.
Las máquinas de Smartmatic cuentan con transmisores receptores inalámbricos miniaturizados, disimulados dentro de sus circuitos. Estos equipos trabajan en la gama de frecuencias UHF y se conectan a Internet mediante el protocolo VPN encriptado. La señal transmitida es indetectable a menos que se usen sofisticados y costosos equipos de rastreo de radio-enlaces, que en todos los países están en poder de los cuerpos de seguridad del Estado o unidades de guerra electrónica de las Fuerzas Armadas. Su tamaño físico es minúsculo y solo un técnico especializado puede detectarlos dentro de las máquinas. Este sistema de transmisión inalámbrico VPN encriptado constituye la autopista por donde puede fluir la información encriptada enviada a centros ilegales de totalización.
En el momento en que se transmite la data desde los centros electorales, las autoridades de las mesas asumen que la están enviando únicamente a la sala de totalización del CNE, pero en realidad dado el monopolio de la CANTV la misma información se puede enviar simultáneamente a otros centros secretos de totalización no controlados por ese organismo, sin que lo sepan los remitentes ni el CNE. El Comando Venezuela (Capriles) no tendrá acceso a las claves o llaves electrónicas necesarias para poner la información en lenguaje inteligible. El día de las elecciones, el CNE se mantendrá a la espera de la data que debería enviársele directamente de las mesas, pero que en realidad pudiera llegarle desde un centro de totalización secreto donde cualquier cosa puede ocurrir. La Oposición solo tendrá las llaves electrónicas que resguardan el secreto del voto, no las claves que protegen la información de los resultados de cada máquina que deben ser descifrados antes de introducirlos al computador central para efectos de totalización
La ruta del fraude
En las elecciones realizadas hasta ahora bajo el gobierno del presidente Chávez, al cierre de las mesas el CNE no ha permitido el acceso de representantes de la Oposición a la sala de totalización oficial en la Torre Teleport. Es legítimo suponer que esta insólita prohibición de acceso obedece a la necesidad de ocultar irregularidades, como sería el retraso en la llegada de los datos porque estos se han detenido en algún punto intermedio, donde pudieran ser manipulados. La oposición ha protestado, pero el gobierno ha ignorado este requirimiento.
Las mesas no auditadas
Pasemos a considerar otro cuadro anómalo. Es normal que, terminada la votación en las mesas, éstas se cierren y las máquinas impriman el acta de escrutinio electrónico y trasmitan automáticamente los resultados al CNE. Hecho esto se procede a sortear en cada centro electoral las mesas que van a ser auditadas –conteo directo de los votos. Esto se hará mediante un sistema sencillo pero práctico, colocando en un recipiente papelitos con los números de las mesas, los cuales serán sacados al azar por uno de los testigos. Esta información es enviada al CNE, pero hay razones para pensar que también puede ser recibida en otros lugares para darle un uso no muy santo. Veamos cómo.
Se ha mantenido la ficción de la supuesta unidireccionalidad de transmisión de las máquinas, aduciendo que solo se pueden utilizar para enviar al CNE los resultados de cada mesa. Esta explicación es falsa y engañosa, porque ya he dicho que el protocolo VPN hace bidireccional a la máquina. Las máquinas de votación son “esclavas” de una máquina “maestra” que las puede controlar a remoto desde un centro de totalización que no es la Torre Teleport.
Hecha la transmisión, en los centros de votación cada máquina produce un acta de escrutinio electrónica, la cual es enviada a las salas de totalización. (Hecho este envío, en el centro de votación se procede al conteo manual ante testigos de las mesas que van a ser auditadas. El resultado será dado como satisfactorio si al terminar el conteo manual resulta que los votos depositados más los votos nulos, suman igual al número de votantes. Hecha la auditoria se preparan las actas y se envían al CNE). Aunque para muchos este proceso manual hecho ante testigos garantiza la pureza del voto, esto no es asi. Malignos expertos de informatica realizan posteriormente actos de brujeria electrónica en la verdadera sala de totalización, que no es la del CNE.
Al llegar los datos a la sala de totalización del CNE, este organismo no procede de inmediato a sumar automáticamente los votos en tiempo real a medida que van llegando, como se hace en otros países. Por razones no explicadas, en Venezuela, luego de la transmisión electrónica, que solo tarda unos segundos, se inicia una larga espera en Torre Teleport, centro legal de computación del CNE. Esta extraña e inexplicable demora, sugiere que durante ese lapso de espera se realiza alguna manipulación de los resultados.
Durante varias horas, en el centro de computación del CNE donde hasta ahora no han dado cabida a la Oposicion, los operadores, a quienes se prohíbe llevar teléfonos celulares o laptops, saben que la acción se iniciará sólo cuando se reciba la información que por alguna razón quedó atascada en alguna parte. Es aquí donde surgen las imágenes, ciertas o falsas, de salas de totalización secretas en la Universidad Bolivariana y La Habana. Versiones basadas en la existencia de esos centros ilegales de totalización sostienen que allí la información emitida en los centros de votación se va contabilizando en tiempo real, apenas se produce. Cuando se tiene un 40% de votos escrutados ya se sabe cuáles mesas van a ser auditadas. En ese momento las mesas no auditadas empiezan a ser monitoreadas no en el CNE, sino en las salas de totalización secretas.
En ese momento los computadores de esos centros ilegales proceden automáticamente a proyectar cuáles de las mesas que no van a ser auditadas tienen el mayor número de abstenciones, pues el número de votantes en estas mesas se totaliza en tiempo real. Estos resultados dan al jefe de la sala ilícita una idea estimada del total de abstenciones en estas mesas. Versiones de conocedores sostienen que en base a esa información el Gobierno pocas horas antes del cierre de las mesas pone en marcha su plan de movilización para obligar a votar a los militantes que aun no lo han hecho. Esta versión explicaría el flujo mayor de votos oficialistas que se produce al final de cada día de elecciones para ocultar la entrada furtiva de votos virtuales ficticios.
El procedimiento sería que si el candidato del Gobierno va adelante cómodamente, no se hace nada. Pero si la brecha es pequeña y especialmente si va ganando el candidato opositor, se determina la cifra de votos virtuales necesaria que debe agregarse a las mesas no auditadas en reemplazo de los votantes que no asistieron a depositar su voto. Este cálculo es hecho automáticamente porque los computadores de la sala de totalización secreta tienen la información de cuantas abstenciones hubo en cada mesa.
El REP inflado
Los votos virtuales provienen de un REP que se ha denunciado como inflado, sin que las autoridades se hayan dado por enteradas de algo que ya todo el mundo conoce. En Venezuela, los expertos observan que ese registro de electores ha crecido 4 veces más rápido que la población. El exceso anormal de crecimiento es cercano a los 4 millones de votos. Llama la atención que sea precisamente esa la cifra que el presidente Chávez y altos jerarcas del PSUV alardean que le van a “meter por el buche” a los escuálidos el 7-O.
Al llegar al 80% de los votos escrutados la tendencia es irreversible. Expertos cercanos al proceso dicen que es entonces cuando la información reajustada se trasmite al centro oficial de computación –en Venezuela, la Torre Teleport. De inmediato, este centro oficial entra luego de una espera de varias horas a preparar los reportes que van a ser emitidos por el CNE. Pocos minutos después el CNE emite su primer reporte electoral. En Venezuela, el proceso entre el cierre de las mesas de votación y la llegada de los resultados a la Torre Teleport toma entre tres y cuatro horas. Ese tiempo coincide con el requerido para “masajear” la data y hacer los ajustes requeridos para un determinado resultado, lo cual no quiere decir que sea exactamente eso lo que pasa en Venezuela. Simplemente, es una alta posibilidad de que se perpetre un delito semejante que sería sumamente grave. Este acto de ejecutarse sería una traidora puñalada fatal a la Constitucion. La gravedad del hecho es tal que de comprobarse podría hasta conducir a una guerra civil. Para evitar estos hecho es necesario que la Oposición exija participar en una profunda investigacion previa del sistema y obligue a que los datos totalizados se produzcan ante su presencia, en tiempo real, y se presenten de inmediato al pais a partir del momento en que empiezan a trasmitirse desde los centros electorales.
De hecho estoy presentando una denuncia pública sobre presuntos hechos delictuosos ya cometidos y por ejecutarse en la totalización nacional de los votos emitidos en elecciones venezolanas, sin que pueda precisar quiénes serían los delincuentes. El propósito de la denuncia es solicitar a las autoridades responsables que investiguen estos hechos supuestamente criminales, para determinar su veracidad, y se tomen las medidas para que el fraude electrónico, técnicamente fácil, se dificulte al punto de que a los resultados no se los pueda impugnar.
El Comando Venezuela (Capriles) debe exigir al CNE tomar las medidas correctivas para evitar un fraude que es posible por las vulnerabilidades del sistema de votación. Si el gobierno decide ignorar esta solicitud está reconociendo que está decidido a cometer un traidor fraude contra los venezolanos y estaría cavando su tumba. Lo mismo hizo Pérez Jiménez en diciembre de 1957 y todos conocemos los resultados. Chávez está jugando con fuego. La trama está al descubierto y se puede evitar. Para la Oposición ignorar la trampa es suicida.
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